Los Philadelphia Eagles no lucieron como una potencia imparable el domingo, pero lograron lo necesario para asegurar su pase a la ronda divisional por segunda vez en tres años.
En un partido marcado por la adversidad para los Green Bay Packers, quienes llegaron sin su receptor Christian Watson y sufrieron la baja de Romeo Doubs y Jayden Reed durante el juego, los Eagles impusieron su dominio. La victoria por 22-10 colocó a Filadelfia frente a un próximo enfrentamiento contra los Tampa Bay Buccaneers, Los Angeles Rams o Minnesota Vikings.
Antes de especular sobre posibles rivales, vale la pena analizar los puntos clave del desempeño de los Eagles en este partido.
Dominio defensivo
La defensa de los Eagles, liderada por los coordinadores Sean Desai y Matt Patricia, ha evolucionado significativamente esta temporada bajo la influencia del experimentado Vic Fangio. Durante la temporada regular, Filadelfia fue el equipo líder en yardas permitidas y tiempo de posesión defensiva.
Contra los Packers, esa solidez quedó demostrada nuevamente. La defensa acosó constantemente al mariscal de campo Jordan Love, forzando tres intercepciones, todas en la primera mitad. Aunque Josh Jacobs logró 81 yardas terrestres en 18 acarreos, su impacto fue limitado por la falta de apoyo ofensivo.
Si los Eagles mantienen este nivel defensivo, serán un contendiente serio para alcanzar su segundo Super Bowl bajo la dirección de Nick Sirianni.
Una ofensiva que necesita más chispa
Jalen Hurts completó un partido discreto, lanzando para 131 yardas en 21 intentos. Aunque los Eagles fueron el equipo con menor volumen de pases en la temporada regular, este enfoque podría no ser suficiente en rondas más exigentes.
Con rivales potenciales más desafiantes, Hurts deberá encontrar formas de explotar a sus receptores estrella, AJ Brown y DeVonta Smith, en jugadas de mayor impacto. La ofensiva deberá volverse más multidimensional para aspirar a algo grande en esta postemporada.
Green Bay, entre lesiones y limitaciones
Para los Packers, esta derrota reflejó las dificultades de una temporada llena de lesiones y altibajos. Jordan Love, a pesar de mostrar destellos durante el año, no logró ser un factor determinante en los playoffs. Terminó la temporada con 3,389 yardas, 25 pases de anotación y 11 intercepciones en 15 partidos, pero no pudo respaldar el esfuerzo de Josh Jacobs en este partido crucial.
Green Bay enfrenta ahora una importante temporada baja. Con $51,3 millones en espacio salarial, el equipo tiene la oportunidad de reforzar su plantilla, especialmente en las posiciones de receptor y esquina, para seguir siendo competitivo en el futuro.
