Ousmane Dembélé ha alcanzado su mejor nivel, demostrando ser el jugador más desequilibrante del mundo. Desde su irrupción en el Rennes, su ambipedalidad ha desconcertado defensores, permitiéndole destacar en Dortmund y posteriormente en Barcelona, aunque las lesiones limitaron su impacto.
Ahora, bajo Luis Enrique en el PSG, Dembélé ha explotado como delantero centro, combinando regate, pase y definición con una intensidad defensiva inédita. Desde enero, lidera Europa en goles sin penales (18) y sigue entre los mejores en asistencias y regates.
Contra Liverpool, mostró su nueva faceta: bajó a construir juego, filtró un pase clave y finalizó la jugada con un gol. Su presión alta ha sido fundamental en la transformación del PSG.
Aún queda la duda sobre su continuidad a este nivel, pero durante los últimos meses de 2025, su versión más completa y saludable lo ha convertido en el mejor jugador del planeta.
Vía ESPN