Novak Djokovic ofreció una actuación magistral en el Abierto de Australia al derrotar a Carlos Alcaraz en los cuartos de final con parciales de 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4. En un partido repleto de intensidad en el Rod Laver Arena, Djokovic remontó un set en contra a pesar de sufrir molestias físicas, avanzando a su 50ª semifinal de Grand Slam, un récord histórico. Este duelo simbolizó un choque generacional entre el experimentado Djokovic y el joven Alcaraz, considerado uno de los grandes talentos del tenis actual.
El partido comenzó con Alcaraz imponiendo su ritmo, dictando los intercambios con su potente derecha y buscando dominar en la red. Djokovic, que sufrió un problema físico en su pierna izquierda durante el primer set, tomó un tiempo médico fuera de la cancha. A pesar de sus molestias, mostró una impresionante resiliencia y logró igualar el marcador en el segundo set con un juego más agresivo y preciso, destacando su capacidad para adaptarse a las circunstancias adversas.
A lo largo del partido, Djokovic desplegó su experiencia y fortaleza mental para contrarrestar la energía de Alcaraz. El joven español tuvo momentos brillantes, incluyendo un rally de 33 golpes que dejó a ambos jugadores exhaustos, pero Djokovic respondió con firmeza en los momentos clave. Alcaraz reconoció tras el encuentro que dejó que Djokovic volviera al partido, un error que marcó la diferencia.
Con esta victoria, Djokovic avanza a las semifinales donde enfrentará a Alexander Zverev. A sus 37 años, el serbio sigue demostrando su dominio en el tenis, persiguiendo su 25º título de Grand Slam. Este triunfo no solo destaca su excelencia técnica y mental, sino también su capacidad para mantenerse competitivo en los escenarios más exigentes, consolidándose como una de las grandes leyendas del deporte.