22 de enero de 2025

El equipo de Trump dice que China está “atacando” a Estados Unidos con fentanilo. Su objetivo es contraatacar

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Traducción al español:

El regreso de Donald Trump al poder augura un cambio en el enfoque de Estados Unidos para abordar la crisis del fentanilo y lo que los oficiales antidrogas consideran el mayor obstáculo para resolverla: China. Los asesores del equipo de transición del presidente electo republicano están abogando por una postura mucho más agresiva hacia Pekín sobre el fentanilo que la adoptada por el demócrata presidente en funciones, Joe Biden.

Trump ya está señalando que, para frenar el flujo de narcóticos, recurrirá a su arma favorita: los aranceles.

En publicaciones el lunes en Truth Social, su red social, prometió aranceles adicionales del 10% a los productos provenientes de China y del 25% a los de México y Canadá. Trump afirmó que estos países no han tomado medidas lo suficientemente fuertes para detener las drogas ilícitas, especialmente el fentanilo, que ingresan a Estados Unidos. Dijo que sus numerosas conversaciones con China sobre la detención del flujo de drogas fueron “infructuosas”.

Sus asesores también están presionando por sanciones estadounidenses a instituciones financieras chinas presuntamente vinculadas al tráfico de fentanilo. China es la principal fuente de precursores químicos utilizados por los cárteles mexicanos para producir fentanilo, y los lavadores de dinero chinos se han convertido en actores clave en el comercio internacional de drogas, según las autoridades de EE. UU. La administración Biden ha negociado con Pekín durante el último año para frenar ambos problemas. La diplomacia ha dado resultados prometedores, pero modestos. Esto ha frustrado a algunos funcionarios de seguridad de EE. UU. y halcones de China que afirman que EE. UU. debe aumentar la presión para que el liderazgo de Pekín actúe.

“Cuando no haces estas cosas, te conviertes en un felpudo”, dijo Steve Yates, experto en China y exfuncionario de seguridad nacional en la administración de George W. Bush. Yates, quien no está formalmente involucrado con el equipo de transición de Trump, ha asesorado a su círculo sobre la política del fentanilo. En la última década, más de 400,000 estadounidenses han muerto por sobredosis de opioides sintéticos, incluida la hija de Yates, quien falleció el año pasado.

Yates y otros asesores del equipo de Trump dicen que una de las maneras más rápidas y seguras de llamar la atención de Pekín es sancionar a los bancos chinos que hacen negocios con los lavadores de dinero y vendedores corruptos de productos químicos.

Los bancos extranjeros sancionados por EE. UU. no pueden hacer negocios con instituciones financieras estadounidenses ni acceder al dólar, limitando severamente su capacidad para realizar transacciones internacionales, según Edward Fishman, experto en sanciones de la Universidad de Columbia. También se puede congelar los activos en EE. UU. de bancos sancionados.

Es un arma poderosa que se ha utilizado contra instituciones financieras en países de algunos adversarios de EE. UU., como Irán y Rusia, pero nunca contra bancos en México y China vinculados al tráfico de drogas, según David Asher, un alto exfuncionario de EE. UU. en la lucha contra el lavado de dinero.

“Hay que golpear a todos los banquero. Es algo básico”, dijo Asher, ahora miembro senior del Hudson Institute, un centro de pensamiento conservador en Washington.

Asher formuló un plan preliminar que circula en los círculos de transición de Trump, que aboga por una fuerza de tarea de gobierno integral, incorporando todos los aspectos del poder diplomático, policial y financiero de EE. UU. para abordar la crisis del fentanilo.

Partes del plan, compartido con Reuters, incluyen acusaciones penales contra grandes instituciones financieras chinas y mexicanas presuntamente involucradas en el lavado de dinero para los cárteles; sanciones masivas a empresas y personas chinas implicadas en el tráfico de fentanilo; recompensas incrementadas por los traficantes más buscados; guerra cibernética contra los cárteles mexicanos; y un enfoque de las agencias de inteligencia de EE. UU. sobre el fentanilo, equivalente a la guerra contra las organizaciones terroristas.


Resumen (1200 caracteres):

El regreso de Donald Trump al poder plantea un cambio en la lucha de EE. UU. contra la crisis del fentanilo, especialmente en su postura hacia China. Sus asesores proponen una postura mucho más agresiva que la de Biden, destacando el uso de aranceles como herramienta principal. Trump ha prometido imponer aranceles del 10% a los productos chinos y del 25% a los de México y Canadá, argumentando que no han hecho lo suficiente para detener el tráfico de fentanilo. Además, se discuten sanciones a bancos chinos vinculados al lavado de dinero en el comercio de fentanilo. China es clave en la producción de fentanilo a través de precursores químicos enviados a los cárteles mexicanos. Aunque la administración Biden ha intentado negociar con Pekín sin éxito rotundo, Trump y sus asesores consideran que la única forma de obtener resultados es presionar económicamente a China, aplicando sanciones a bancos y actores clave en el tráfico de drogas.

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